Conoce lo desconocido
Somos seres de costumbres y la mayoría nos sentimos cómodos al movernos en ambientes que nos parecen familiares, con gente que conocemos y con resultados que podemos predecir.
Un buen ejemplo de ello es al hablar de algo tan simple como nuestra panadería o pastelería favorita. Muchos han descubierto que no está mal o algunos han tenido la suerte de toparse con una que está increíble, pero cuántos podemos decir que es la mejor de los alrededores por el hecho de haber entrado a muchas o varias de ellas.
En mi caso, al haber vivido la experiencia de cambiar de país, de cultura y de haber borrado por completo de mí día a día la posibilidad de toparme con algo conocido, debo decir que ese miedo o incertidumbre que se siente a veces es muy positivo para reencontrarte. Yo sabía que encontrarme con alguien que conozco “de toda la vida” ya no era una posibilidad, a menos que fuera una visita esporádica. De toda esta experiencia, he podido decidir qué cosas mantengo de mi antigua vida y he podido crear nuevas costumbres para así re-crearme a mí mismo. No digo que sea necesario salir de país para lograrlo, pero si no somos capaces de hacerlo simplemente con nuestro taller de coches, con nuestra frutería o con nuestras amistades, es más complicado lograrlo con todo nuestro entorno al mismo tiempo.
Hay gente que se ha movido de sitio, de trabajo e incluso de país, pero siempre intentando persuadir a alguien para que los o las acompañe. Al tener siempre un “seguro” a la hora de vivir un cambio de entorno, quitamos en su mayoría todos esos miedos que nos enfrentamos en la soledad de un nuevo camino. Muchas veces es necesario sentirnos solos y perdidos para aprender a usar la brújula correctamente, si tenemos siempre a un guía que nos proteja, no tenemos el incentivo necesario para volvernos autosuficientes emocionalmente ante nuevas situaciones o entornos.
Es muy habitual que al ir a un nuevo curso o una nueva actividad, conozcamos a 1 persona o tal vez 2 y recurramos a esas personas para toda la duración de esa actividad. De esa manera, no nos damos la oportunidad de hablar con nadie más y tener la posibilidad de encontrar más gente increíble y experiencias valiosas.
Creo que es muy importante no vivir solo de costumbres y darnos la oportunidad de experimentar nuevos entornos. Ve a un nuevo café, conoce a alguien nuevo en la oficina, prueba un nuevo camino al trabajo o escucha un nuevo tipo de música (mi hermano siempre me causó curiosidad puesto que siempre estaba escuchando música diferente y artistas desconocidos) Nunca sabes si encontrarás tu nuevo “favorito” en ese nuevo camino, y si te sucede que la nueva opción no te satisface, al menos tendrás más motivos para valorar la antigua, no será solo porque es la única que conoces. Por supuesto no hablo de no apreciar lo que tienes y buscar cambiar todo el tiempo, sino de evitar esquivar el miedo a probar solo por el hecho de “podría no ser tan bueno”.
Yo mismo he descubierto que puedes encontrar nuevas pasiones al decidirte enfrentarte cara a cara con la incertidumbre de abrir nuevos caminos. Algunas veces los resultados no serán los esperados, pero siempre aprenderás algo nuevo y conocerás gente valiosa que te dejará sabiduría para toda la vida.
No hay experiencia que transcurra sin dejar una enseñanza, solo hay que tener la disposición de aprenderla
La próxima vez que tengas la inquietud de probar cosas nuevas, atrévete a hacerlo y no te protejas ante lo conocido, ya sean personas o entornos. Ábrete a nuevos mundos y tal vez encuentres que tú eres parte de ese nuevo mundo y eres diferente a como pensabas que eras.
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